23 DE FEBRERO
EL OSO ABRAZA LA TETERA
Hay una anécdota del Lejano Oeste que encierra una lección maravillosa.
Cuenta un grupo de cazadores, que tuvieron que salir fuera de su campamento, dejaron una fogata desatendida, con una tetera de agua hirviendo sobre ella. Un viejo oso que salió arrastrándose de los árboles, vio la tetera con la tapa bailado encina y rápidamente se apoderó de aquella. El agua hirviendo lo quemó de gravedad, pero en vez de soltarla, la abrazó fuertemente, siendo ésta su idea de defensa. Por supuesto, mientras más lo quemaba, más fuerte se abrazaba a ella. Eso siguió en un círculo vicioso, hasta la perdición del oso.
Esto ilustra perfectamente la forma en que mucha gente abraza sus dificultades con cariño, ensayándolas con ellos y los demás.
Cada vez que te atrapes pensando en tus dificultades, recuérdate firmemente “El oso abraza a la tetera” y piensa nuevamente en Dios. Te sorprenderás al ver cuan rápidamente sanan algunas viejas heridas.
Mis ojos están siempre hacia Jehová, porque Él sacará mis pies de la red. (Salmo 25:15)