28 DE FEBRERO
HUYE DE LA DESOLACIÓN
En el momento que te atrapes pensando negativamente, debes rechazarlo instantáneamente. No te detengas a decir “adiós” al error, sino que inmediatamente cambia tu atención a la Presencia de Dios. En efecto, podemos decir que cuando el error se presenta a la conciencia, los primeros cinco segundos son de oro.
Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que hablo el profeta Daniel (El que lee, entienda), entonces los que están en Judea, huyan a los montes. El que está en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que está en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa. (Mateo 24:15-18).
Jesús enseñó esta lección en su propia forma gráfica. El lugar sagrado es tu conciencia y la abominación de desolación es cualquier pensamiento negativo, ya que un pensamiento negativo significa creer en la ausencia de Dios en el punto en cuestión.
Es imposible olvidar esta ilustración una vez que la hemos interiorizado.